Los peatones usan máscaras faciales como medida de precaución contra la propagación del nuevo coronavirus, COVID-19, mientras camina frente a un hospital en Santiago. Foto AFP.


 

El gobierno de Chile prolongó este miércoles la suspensión de clases presenciales hasta mayo, en momentos en que se contabilizan 1.142 infectados y tres fallecidos por coronavirus en el país.

La prolongación de la suspensión de las clases se produce al cumplirse tres semanas desde que el 3 de marzo se registrara el primer caso en el país: un médico de la localidad de Talca (sur) que se contagió tras viajar de luna de miel al sudeste asiático.

Las mayoría de los contagios se concentran en tres de las comunas más ricas del país, ubicadas en Santiago, y donde varias escuelas anunciaron que alumnos, padres o profesores se habían enfermado tras viajar a Europa o estar cerca de familiares recién llegados del exterior.

"Durante todo el mes de abril no habrá clases en jardines infantiles ni establecimientos educacionales", dijo el ministro de Educación, Raúl Figueroa, agregando que ahora prevén que el año escolar termine a fines de diciembre.

Las clases están suspendidas desde el 16 de marzo y en general los colegios están impartiendo sus programas en línea, aunque hay zonas pobres, donde la población no tiene acceso a internet.

El número de infectados en Chile este miércoles marcó un incremento de 220 casos más que el día anterior.

"La estrategia fundamental en la fase que estamos es identificar al máximo de personas que puedan contagiar el virus y tratar de que esas personas disminuyan su interacción con otras", dijo el ministro de Salud, Jaime Mañalich, en su balance diario.

Según las autoridades, Chile cuenta con una capacidad de testeo de casi 5.000 exámenes por día, cuyo valor fue fijado por las autoridades sanitarias para el sector privado en casi 30 dólares.

La tercera persona fallecida murió este miércoles en la ciudad de Concepción (sur): un paciente de cáncer de 82 años.

Chile cerró sus fronteras la semana pasada y decretó toque de queda nocturno, en una estrategia de "cuarentena progresiva" que todavía no establece el confinamiento obligatorio de toda la población.

Pero en lugares remotos como la ciudad de Puerto Williams -la más austral del mundo- y la Caleta Tortel, en la Patagonia, se encuentran en cuarentena. En la Isla de Pascua, en medio del océano Pacífico, se confirmó la víspera un primer caso.